domingo, 26 de agosto de 2007

Despierto

Piso la delgada línea que separa sueño y vigilia. Es frágil y quebradiza, como de hojaldre. Noto como se desmorona, como se deshace.

Impotente asisto al despertar de mis sentidos; uno a uno se estiran y desperezan. Desaparece la niebla que los cubría, se levanta el velo.

Tomo conciencia de mi respiración, mi pulso se hace más vivo, más presente, mientras tanto mi cabeza se va llenando.

Intento tomar el control, pausar el ritmo, desechar ideas hasta hallar una que me devuelva al sueño, coger el velo con las manos y hacer que me vuelva a cubrir, pero no es posible: estoy despierto.